Responsabilidad corporativa

No voy a añadir ni un solo epíteto, ni una sola consideración a todas las realizadas ayer, hoy y seguro que mañana y muchos más días, acerca de la sentencia sobre "La Manada" de violadores que agredieron a una mujer en Pamplona. El diccionario se queda corto para buscar palabras que no hayan sido aún dichas, así que renuncio a ello y me sumo a lo que decenas o centenares de miles de personas estuvieron diciendo ayer mismo en las calles y en sus casas. Pero sí quiero hacer una consideración que aún no he visto en ningún sitio.

Hay en estos momentos un consenso social creo que amplísimo sobre el carácter machista de la administración de justicia en España, especialmente en referencia a la judicatura. Estoy totalmente de acuerdo y creo que no es sólo su carácter machista lo relevante, sino la cultura en que el mismo se inserta. En resumen: es normal que una judicatura mayoritariamente amamantada a los pechos ideológicos del franquismo, asuma en temas como el de la violencia contra las mujeres una postura franquista. Es decir, extremadamente machista.

Lo que no es tan normal es que los minoritarios sectores progresistas de esa judicatura no acaben de mover ficha al respecto. Que no acaben de exponer ante la sociedad su opinión (que seguro que la tienen) acerca de lo intolerable y prevaricador de sentencias como la de La Manada.

Sé que el corporativismo es un mal enraizado en muchos sectores de este país, pero mucho más aún en los que tienen relación con la administración de justicia. Es francamente difícil que un juez enjuicie a otro, y se tienen que dar circunstancias realmente excepcionales para que eso ocurra. El motivo es claro: enjuiciar a otro colega supone dejar la puerta abierta para que ese mismo colega, o los colegas de ese colega, estén dispuestos a enjuiciarte a ti en la primera ocasión. Algunos jueces españoles tienen ya una amarga experiencia al respecto.

Pero todas las juezas y jueces que entienden el carácter profundamente injusto y nada ajustado a la legislación de la sentencia emitida, deben saber que forman parte de una corporación (de un cuerpo) que es visto como un todo, y que por tanto ellas y ellos también son vistos como parte de ese todo. Puede que, como yo en este escrito, se sea capaz de matizar, de separar a unas de otros, pero en general, socialmente, esos matices se pierden ante la enormidad del agujero negro en que las actuaciones judiciales en muy distintos aspectos están metiendo a la sociedad española.

Deben actuar estas juezas y jueces progresistas. Deben conspirar y ser desleales para con esas y esos colegas suyos que están cavando ese agujero, para poder ser leales con el conjunto de la sociedad española.

No tarden en hacerlo, el tiempo se acaba.

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