Zapatero, terrorista

Hay que ver, qué barbaridades sabe decir Zapatero. En los tiempos que corren, decir en público que los embargos por impago de hipoteca al banco hay que ejecutarlos y, además, que después el embargado debe seguir pagando, porque si no los bancos podrían tener problemas, es ser un canalla.

Por si acaso alguien se confunde, un banco no es un ente espiritual o incorpóreo, sino una empresa con accionistas que se reparten dividendos. No es un servicio público por encima de cualquier otra cosa, sino una máquina de generar beneficios a sus dueños, por encima de todo. Dicho esto, cuando un Presidente de Gobierno antepone sistemáticamente los beneficios de esa empresa a la estabilidad social y al derecho a una vivienda de cientos de miles de personas, es un canalla.

No sé por qué, pero tengo el pálpito de que unos meses antes de las Elecciones Generales del año próximo, no es que Zapatero se vaya como presidente, sino que los principales líderes del PSOE aparentarán haberle echado, o poco menos, con el fin de que a la gente le quede la impresión de que fue Zapatero, él personalmente, quien cometió las tropelías, quien dictó las políticas y ejecutó los embargos. Pero no es así. Son todos y cada uno de los militantes del PSOE que no elevan su voz en público contra esta barbarie, quienes están apoyando esta política. No se olviden.

Con estas declaraciones y en lo que a mí respecta, estará justificada cualquier medida que cualquier embargado decida poner en marcha para defenderse por sí mismo, porque no hay justicia que lo defienda. Está justificada la bomba y el tiro en la nuca, fíjense lo que les digo. Porque no es comparable la pobre y risible violencia de una vulgar pistola, con la indecente y grandiosa violencia de este trágala impuro.

Zapatero, terrorista.

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