Los sindicatos también pagarán la reforma laboral

Más allá de estúpidas peleas por ver quién mea más lejos, lo cierto es que la Huelga General fue seguida por mucha gente (no sé si el 70% que los sindicatos dan como porcentaje válido, se corresponde con la realidad, pero en cualquier caso debe andarle muy cerca), pero no tuvo la contundencia necesaria para que, sólo con ella como bagaje, el Gobierno dé marcha atrás en su reforma laboral.

Eso es enormemente malo para las y los trabajadores, y de aquí a pocos meses muchos de los que, aislados en su precario y fugaz puesto de trabajo, acaben por perderlo por dos duros, en lugar de por los cuatro que antes le hubiera costado al empresario, observarán que seguramente tenían razón los huelguistas al pedirle que hiciera la huelga. Pero también pensarán que, total, despedirles les iban a haber despedido igual, porque con cuarenta y cinco días o sólo con veinte por año trabajado, el empresario que ve oportunidad de sacar beneficios a medio plazo si se quita de encima lo que cada vez es el coste más pesado (el coste fijo de los salarios), terminará por pagar lo que sea (que no será todo, porque en la mayoría de los casos el Estado, por medio del Fondo de Garantías Salariales, se hará cargo del resto) con tal de reducir ese coste fijo.

Así que los sindicatos serán la próxima víctima de esta reforma. Si escaso era el interés que la afiliación a éstos tenía para la mayoría de los trabajadores, ahora lo será menor aún, porque más allá de los días que un empresario habrá de pagar para despedir a un trabajador, la munición gruesa de la reforma está en el hurto que el Gobierno hace a los sindicatos, en aquél que es su bien más preciado: la necesidad de la negociación sindical. Las condiciones laborales y salariales podrán imponerse sin negociación de convenios, lo cual supone una estocada hasta la bola en la cerviz de los sindicatos.

Así que de aquí a que pase una década, veremos a CCOO y a UGT perdiendo gas y con su estructura globular medio desinflada cayendo a toda pastilla. Parafraseando a Boabdil el Chico, los sindicatos deberán llorar como desempleados lo que no supieron defender como trabajadores.

Comentarios

SPOOK ha dicho que…
Bueno, parece que se D. Antonio se apunta a mi cluib.
Ayer publicaba El Roto una viñeta con el texto “Ya no hay clases sociales, solo niveles de consumo”
Una expresión todo lo cínica que usted desee, pero sintetiza de modo magnífico la realidad social del mundo desarrollado.
Los sindicatos de clase fueron el medio de defensa del proletariado frente al capitalismo, en una época caracterizada por los estados nacionales como sujetos políticos con total autonomía y poder real sobre la economía. Una economía que entonces (hace cincuenta años) estaba formada principalmente por la actividad fabril.
Pero hoy la sociedad es muy diferente. Los estados nacionales han perdido su independencia, no existen fronteras, el gobierno no tiene poder sobre su moneda (ni siquiera la FED) y la actividad fabril apenas tiene importancia marginal en una economía que gira alrededor de los servicios.
NO, no serán los sindicatos de clase los que devuelvan a los ciudadanos el poder perdido a favor de las oligarquías financieras.
Será el cabreo de la sociedad que cuando se harte de aguantar injusticias y explotación se dará cuenta que la solución está en sus manos y es muy sencilla: perder el miedo (libertad) y reclamar su poder (democracia).
un cordial saludo
Antonio Rodriguez ha dicho que…
Parece como si todo mundo buscase como culpables de la situación actual a los sindicatos y nos olvidamos que los sindicatos ni han causado la crisis ni han aprobado la reforma laboral.
Es cierto que merecen una critica por no haber sabido hacer las cosas correctamente, pero en definitiva la huelga es una herramienta que ellos (los sindicatos) han puesto a disposición de los trabajadores para defenderse de los abusos de un gobierno de "izquierdas" que practica políticas de derecha.
Y los trabajadores libremente han rechazado utilizar esa herramienta, ahora desgraciadamente todos pagaremos las consecuencias de la fata de respuesta a la huelga general.
Salud, República y Socialismo
SPOOK ha dicho que…
Escribe Enrique Gil Calvo hoy en El Pais:
"…
Así que menos lobos. De fracaso sindical y gubernamental, nada. Por el contrario, doble victoria a los puntos para ambas partes.
Y es que, en efecto, el propio éxito de la protesta le ha servido como un test de dureza de su programa de ajuste fiscal, que a pesar de su dudoso rigor contable, y solo gracias a la movilización de las masas sindicales, ha ganado una indudable credibilidad ante los mercados internacionales.
(…)
Las huelgas generales son formas rituales de protesta popular cuyo ciclo de vida útil hace tiempo que entró históricamente en decadencia, tras alcanzar su apogeo durante la época de la rebelión de las masas: la industrialización fordista, el periodo de entreguerras, el auge de la socialdemocracia... Pero tras el advenimiento de la sociedad posindustrial, el posfordismo de la especialización flexible ha determinado el fin de la lucha de clases con el auge irreversible de la individualización. De ahí que el sindicalismo de confrontación anticapitalista haya sido sustituido por el de concertación neocorporatista.
Y esto ha hecho que la huelga general como ritual movilizador haya entrado en decadencia como si fuera un dinosaurio en vías de extinción. Por eso ahora ya solo se celebran en los países de industrialización tardía, que todavía no han sabido incorporarse a la era de la información: o sea, los incompetentes e improductivos PIGS. En los últimos años, únicamente se han celebrado en el sur de la Europa latina (45 en Grecia, 15 en Italia, 10 en Francia, cinco en España y Portugal). En el norte escandinavo y anglogermano hace 30 años que no se celebra ninguna."