Un gran vacío

José llegó a la orilla del río y se encontró al barquero, a qué horas sale la barca hoy, qué se ha creído usted, esto no es un servicio con horarios, llega usted aquí, se monta y yo le llevo, ah, no sabía que existiesen también aquí los servicios charter, es donde los inventamos, puede decirse, y cuánto cuesta el viaje, no se preocupe de eso, éste es uno de los últimos servicios gratuitos del estado del bienestar, pues menos mal que alcanzo a disfrutarlo, no lo sabe usted bien, yo ni siquiera sé si me alcanzará para completar la cotización para el retiro, en esas estamos, en esas, pues déme un billete y vámonos, y ya de paso, usted cómo se llama, Caronte para servir a usted, qué gracia habla usted como mi abuela, es que yo soy muy viejo...

[Ahora no tendré más remedio que mirar a la estantería, contar sus libros y desesperarme pensando que ya no habrá más. ¡Qué gran vacío deja!]

Comentarios

SPOOK ha dicho que…
”NO” es la palabra más importante para Saramago.
En noviembre de 2006 el Diario Público de Lisboa publicó una entravista a José Saramago. Le copio un extracto:

- ¿Y ahora, qué? No sabemos. Pasamos siglos de dependencia: dependencia de Gran Bretaña, dependencia de esto, dependencia de aquello. Ahora somos también dependientes, lo que no avergüenza a nadie: hay ollas de barro y ollas de metal. Pero aquí falta una cosa que se llama orgullo, cada vez más. Somos capaces de calenturas, como lo fue el 25 de Abril, una calentura en la que ingenuamente creímos. No era cierto, no era posible, no era creíble, pero el tiempo de la felicidad llegó para Portugal entonces. Duró, como las rosas de Malherbe, [3] l'espace d'un matin. Y se acabó.
- Dejó cosas buenas.
- No. No dejó nada. Las cosas buenas que creó las eliminó todas.…
El 25 de Abril es apenas una fecha. Lo convirtieron en una fecha, nada más.
Ya lo dije públicamente y lo repito: yo ya no celebro el 25 de Abril. Hay un antes del 25 de Abril que yo celebraría, si de eso se tratase, que es justamente el movimiento que llevó al 25 de Abril. Hecho por esos militares que la democracia liquidó, en la mayor parte de los casos pasándolos al retiro, persiguiéndolos. Ante esos, sí, ante esos sí que me quito el sombrero. Pero luego está el momento que viene después. …
¿Qué hacer? Tenemos un ceremonial democrático cada vez más falto de vergüenza: campañas electorales que cuestan ríos de dinero, subvencionadas muchas veces no se sabe por quién o demasiado se sabe por quién; promesas que se sabe de antemano que no se cumplirán; procesos cosméticos del género de un gobierno de un partido socialista, pero no un gobierno socialista. Porque, aquí y en cualquier parte del mundo, el partido en el gobierno podrá llamarse lo que quiera porque va a tener que hacer exactamente la misma política. Una comedia de engaños. No servimos más que para homologar cosas que nada tienen que ver con nosotros, porque no podemos influir en ellas
- Este libro suyo es la viva prueba de que un hombre que nació en una aldea entre gente pobre y analfabeta puede liberarse de lo que parece ser su destino.
-Se puede cambiar, de acuerdo. ¡Pues entonces, cambiémosla! Lo que llevo diciendo hace ya tiempo es que es preciso que nos cambiemos la vida si queremos cambiar de vida. Y esto se aplica a todo.
- ¿Alguna vez se interrogó sobre si, con ese 25 de Abril con que soñaba, no estaríamos hoy – teniendo en cuenta lo que pasó en otras latitudes – en un 25 de Abril completamente pervertido, peor y, seguramente, con menos libertad?
- Soy lo bastante escéptico como para responderle así: considerando la palabra "no" la más importante del vocabulario, puedo decir que una revolución es un "no". Pero sé perfectamente que, hecha la revolución, el "sí" recuperará posiciones poco a poco. Igual vale para un sistema capitalista o socialista. El sistema enseña hipocresía desde los bancos de la escuela. No cambiaremos la vida si no cambiamos de vida.

un cordial saludo
Freia ha dicho que…
El vacío queda a un lado y otro de la estantería y del espejo.

Un beso muy, muy fuerte, Antonio.