Piratas israelíes

Los muy ejercitados miembros del colectivo profesional y semiprofesional de intoxicadores a sueldo (sea éste dinerario o de otra naturaleza) del Estado israelí han iniciado ya una campaña para quitar hierro y consecuencias a la acción abiertamente terrorista de su ejército contra la llamada Flotilla de la Paz. Esta misma mañana, en una tertulia televisiva en CNN+, una periodista (de quien la lejanía del televisor, ya que lo estaba viendo en un bar, me impidió conocer su nombre) argumentaba que en realidad el asalto militar israelí no es más que otro episodio de la guerra contra Hamas. Nada más lejos de la realidad.

El estado de Israel no respeta las convenciones habituales de la guerra y, por tanto, lo que hace no cabe denominarse guerra. Asaltar en aguas internacionales barcos no armados ni identificables como parte de una armada es un acto de bandidaje, y el hecho de que quienes lo realizan lleven uniformes militares, no lo convierte en parte de una batalla. Asimismo, el hecho de que un organismo como la ONU, con el prestigio desaparecido (éste sí, en combate) no haya condenado la acción israelí, no demuestra más que la supeditación vergonzosa de ese organismo y de quienes lo defienden, a los intereses exclusivamente económicos (al servicio de los cuales están los aparentemente políticos que puedan encontrarse) de los más poderosos del planeta.

Volviendo al argumento mencionado: el asalto a estos barcos no puede ni debe asumirse como parte de una guerra. En medio de la Segunda Guerra Mundial y en plena ocupación nazi de París, pongamos por caso, se dieron multitud de casos de delitos cometidos por miembros de la Whermacht que no estaban relacionados con actividad militar alguna. Hubo robos y hubo asesinatos, como los hay en cualquier lugar del mundo. A nadie se le ocurriría decir que el robo cometido por el soldado Fulanito de Tal no era más que un episodio más de la guerra de la Alemania nazi contra la Resistencia francesa.

Pues esto es lo que ha ocurrido: un caso de asalto en alta mar, un acto de piratería, perseguible según las leyes internacionales. Habría que identificar, encontrar, detener y procesar a los autores de este asalto, y delimitar las responsabilidades a las que hubiere lugar, por parte de los encausados o por parte del Estado israelí si se demuestra que actuó como "autor intelectual"(¿recuerdan la bonita figura jurídica, tan de moda hace un par de años?).

Seguro que en cuanto Garzón vuelva de su comisión de servicio, se lía con este caso y cita a declarar a Ariel Sharon. Mientras tanto, hoy a las 19:00 horas hay convocada una manifestación de protesta ante el ministerio de Asuntos Exteriores, en Madrid.

Comentarios

Yassin Swehat ha dicho que…
Se escuchan argumentos de parte de los intoxicadores patrios que ni siquiera la prensa israelí sería capaz de soltarlos.

Increible!
Anónimo ha dicho que…
hoy me ha pasado una cosa muy curiosa, en un blog más o menos venían a decir que pobrecitos israelís, que siempre son los malos, de manera que pensando que me había perdido algún capítulo de la historia he preguntado si había ocurrido algo más aparte de asaltar los convois humanitarios y matar a 10 personas y no me han sabido responder.
Me ha hecho mucha gracia, cuando algo es rojo, es rojo.
Un saludo
Anónimo ha dicho que…
Cómo dice yassin, lo de algunos periodistas que tenemos por aquí es increíble. Lo que puede llegar a decirse para defender a unos asesinos y justificar sus acciones.
Os propongo el siguiente ejercicio. Cambiad el registro y haced como que esos periodistas pro israelies son etarras haciendo un comunicados para reivindicar un atentado. Es alucinante!! Los etarras parecen moderado a su lado.
Otro ejercicio, si me permitís. Plantearos que alguien utiliza argumentos la mitad de la mitad de justificadores ante, no ya un atentado, si no un acto de kale borroka. ¡Estaría ilegalizado, si no encarcelado por apología del terrorismo!
Esto es lo que tenemos como (com)patriotas

Luis