Democracia comercial
Creo que ni siquiera es que los responsables de Adidas o Nike sean unos cínicos. Al menos, no conscientemente. Es aún peor: creen realmente la democracia es una condición comercial, y no política, del ser humano. Democracia es poder producir lo que ya tenían planificado producir, a los precios que tenían planificado hacerlo. Y quien dé al traste con esa planificación es un antidemócrata. Y demuestran un igualitarismo envidiable cuando se oponen, si viene al caso, a la más rancia oligarquía hondureña, con tal de sacar adelante su planificada producción.
Zelaya, si finalmente consigue recuperar el puesto de mando en Honduras, resulta que tendrá que agradecer, entre otros, a firmas como las arriba mencionadas su apoyo a la democracia en el país centroamericano. Podría haber ocurrido que los contratos pactados entre las marcas comerciales y los empresarios del textil hondureños se hubieran cerrado bajo una dictadura militar, en cuyo caso (cosas del igualitarismo), Adidas y Nike se habrían apresurado, supongo, a reclamar al presidente norteamericano que apoyase a ese régimen contra un eventual movimiento revolucionario, dado que democracia del valor y el beneficio así lo reclamarían.
La otra cara de este cuento la aportan los trabajadores hondureños que están siendo despedidos por no plegarse a las exigencias de los empresarios del país, que les obligan a acudir a las manifestaciones pro-Micheletti, so pena de ser despedidos. A los que se hayan quedado sin trabajol, hará falta ver después si un Zelaya repuesto en su cargo y funciones, les devolverá el empleo y castigará ejemplarmente a los empresarios glopistas.
Igual no, para sorpresa de muchos.
Zelaya, si finalmente consigue recuperar el puesto de mando en Honduras, resulta que tendrá que agradecer, entre otros, a firmas como las arriba mencionadas su apoyo a la democracia en el país centroamericano. Podría haber ocurrido que los contratos pactados entre las marcas comerciales y los empresarios del textil hondureños se hubieran cerrado bajo una dictadura militar, en cuyo caso (cosas del igualitarismo), Adidas y Nike se habrían apresurado, supongo, a reclamar al presidente norteamericano que apoyase a ese régimen contra un eventual movimiento revolucionario, dado que democracia del valor y el beneficio así lo reclamarían.
La otra cara de este cuento la aportan los trabajadores hondureños que están siendo despedidos por no plegarse a las exigencias de los empresarios del país, que les obligan a acudir a las manifestaciones pro-Micheletti, so pena de ser despedidos. A los que se hayan quedado sin trabajol, hará falta ver después si un Zelaya repuesto en su cargo y funciones, les devolverá el empleo y castigará ejemplarmente a los empresarios glopistas.
Igual no, para sorpresa de muchos.
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