Con todo mi dolor

Lo siento, Manuel, lo siento mucho. Sentí enormemente lo de Javier, pero a ti, sin haberte conocido personalmente, he llegado a sentirme más próximo. Cada vez que has escrito y he comentado y tú has contestado y resulta que hablábamos de lo mismo y veíamos lo mismo, me he sentido tan cerca como puede uno sentirse de otra mente o de otro corazón, mucho más que de otro cuerpo.

Y todavía hay quien duda de la existencia de Dios. No veo dónde pueden estar las dudas: ¿el cáncer es Dios? ¡Valiente hijo de puta!