Volver la vista atrás es bueno a veces...

Esta movida ocurrida en Estados Unidos demuestra que en el país de los Bush, cuanto más reaccionario, más gilipollas. En cualquier otro sitio cuecen también habas, lo sé, pero aquél es, por el momento, el único en el que tan rápidamente las opiniones de personas afectadas de sequía mental prosperan y provocan reacciones tan desmedidas en instituciones o semiinstituciones (la empresa privada es en Estados Unidos más institución que en ningún otro lado).

Y no crean que en Europa se anda muy lejos de estas cosas. En España, sin ir más lejos, ocurren cosas que dan qué pensar y que no provocan una respuesta fulminante por parte de quien corresponde, así que no nos miremos el ombligo. En Francia hubo lo que hubo con el chaddor, en Italia están montando lo que están montando Berlusconi y todos los italianos que le han votado, y el día menos pensado en Alemania persiguen a pedradas y rompen los cristales de las casas de aquellos que osen tomar té árabe o fumar una narguila.

No es la primera vez que estas cosas pasan en el mundo, pero no queremos volver la vista atrás, a pesar de que Karina nos recomendaba hacerlo, porque en cosas así nos resulta incómodo constatar por qué borde de qué precipicio vamos caminando.

Luego todo serán lamentaciones y golpes de pecho al ver las imágenes de tropas entrando en el recinto de un Auschwitz cualquiera de los muchos que se están construyendo y a los que se dota de modernos hornos alicatados hasta el techo y dotados de medidas de seguridad y de defensa de la privacidad. Medidas como pueden ser que los datos personales de los ejecutables serán guardados en un fichero computerizado situado en un servidor seguro que garantiza que nunca se sabrá nada de ellos.

Comentarios

J. G Centeno ha dicho que…
Pues, como casi siempre, nótese que escribo casi, tiene usted razón, estamos entrando en una poderosísima, y tambien peligrosísima deriva hacia comportamientos violentos hacia lo diferente. Y es preocupante que fascistas confesos como Silvio Berlusconi, o autoritarios compulsivos como Nicolas Sarkozy lleguen a través de las urnas, he estado a punto de escribir democráticamente ¡qué estupidez!, al poder. Pero más preocupante es que gobiernos en los que participa la ¿¿¿izquierda??? política, no siempre coincidente con la izquierda sociológica que la sustenta, no sólo no hagan nada, sino que lleguen a alentar el discurso xenófobo. Cada día soporto menos a la socialdemocracia patatera que sufrimos en Europa.