Domingo de elecciones. Segunda sensación

He votado a la una del mediodía. Colegio Público Colombia, en Pan Bendito, una zona que mezcla un barrio entero de gente de etnia mayoritariamente gitana, realojada hace varias décadas desde la zona de chabolas en que vivían, con otro de vivienda nueva de clase media, de las de 40 millones de pesetas el piso nuevo cuando se compró, hace cinco años. El centro es de los que vulgarmente se conocen como de integración, pero uno no sabe dónde y con quién pretenden las autoridades integrar a los alumnos que van a él, ya que, según una anotación manuscrita de la directora del centro en un papel colgado en el tablón de anuncios, el 99'4% de los alumnos son de integración, y el 82% de esa casi totalidad son de etnia gitana. Así pues, es de suponer que se integran con ellos mismos. Apuesto lo que sea menester a que en los colegios concertados religiosos no hay nada que se le parezca ni de lejos.

Aparte de eso, el colegio está, cuando llego a votar, muchísimo más lleno de gente que en otras ocasiones (es la tercera vez que voto en él). La mesa en la que me toca hacerlo, al igual que las otras de la sección correspondiente, registran una fila considerable que, según me cuentan después otros vecinos, ha ido incrementándose a medida que ha ido acercándose la hora de la caña. Otro dato: en pasadas elecciones la afluencia de vecinos de mi casa era muy irregular, mientras que en ésta, incluso vamos en grupo. La sensación, pues, es de una participación muchísimo más alta que en las locales y autonómicas de 2003.

Anécdota (espero que sin importancia): observo que en varias mesas de las dedicadas a albergar las papeletas de la Comunidad, no hay papeletas de IU. Se lo hago saber a un apoderado de esa formación y me responde que no quiere andar moviendo las cosas para que nadie le pueda decir nada. Pues resulta que es él quien tendría que estar diciendo a los demás...

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